Creció en el seno de una familia tradicionalmente unida y humilde. En el 1980, sus padres y su hermano mayor se trasladaron a Honduras por la guerra civil que tenía lugar en El Salvador en ese entonces.
Mientras sus padres residían en Honduras, el 20 de Mayo 1981 nació Saúl. Dos años más tarde regresaron a El Salvador, donde Saúl fue registrado en el Municipio de Pasaquina, La Unión.
Ya en su infancia Saúl definió con certeza que iba a ser en su vida. Era un cipote (niño) cuando empezó a dibujar porque ya tenía una pasión por la pintura.
Hasta el noveno grado estudió en Pasaquina y luego hizo su bachillerato en Santa Rosa de Lima. Siguió después su educación con dos años de arquitectura en La Univo, en San Miguel.
En el 2001, con solo 21 años de edad, Saúl se marcho a vivir a los Estados Unidos, por motivos familiares. En ese entonces llego el momento de poner en práctica su inquietud.
El hecho de encontrarse en otro país y de empezar de cero como muchos lo hacen fue muy difícil. Sin embargo, Saúl conservaba su sueño como cualquier otro lo tenía.
Saúl realizo todo tipo de empleos y trabajo en una tienda de artesanía, adonde la oportunidad de convertirse en pintor se hizo aun más real. Sin recibir nunca clases de pintura, Saúl dejo que su cerebro se liberara. Con el dinero que ganaba compraba materiales para pintar.
Saúl se sentía desesperado, incomprendido y emocionalmente aislado al no tener el apoyo de un instructor. A pesar de no contar con ningún taller o estudio adonde pintar, el deseo que tenía de limpiar una brocha o de empezar un cuadro, hizo que Saúl se durmiera al lado de esos olores de pintura. Esa era su adicción!
La practica le ayudo mucho. Paso días y noches descubriendo maravillas con el pincel, y al hacer ese sacrificio se dio cuenta que verdaderamente, todo es posible lograr. Sus proyectos son iguales a los de todos los verdaderos artistas: continuar trabajando y perfeccionando su arte.
La pintura lo mantiene vivo y gracias a ella puede respirar y seguir para adelante. Cuando comienza una pintura, esto representa un reto para el. Pero cuando la termina, todo es alegría y vuelve a nacer.
Ahora se dedica tiempo completo a la pintura. Reside en el estado de Nueva York adonde arrulla su mente y con su arte hace que la nostalgia sea más vivida.
Una característica clave de la obras de Saúl Umanzor es la forma en la que el utiliza los colores. Junto con el oleo, las acuarelas y el acrílico. Su estilo es inigualable. A menudo sus obras reflejan paisajes, mares, retratos, pueblos, calles principales y yuntas de bueyes.
Desde que comencé a pintar siempre he tratado de representar las cosas lo mas real que puedo, algunas veces lo logro y otras no pero lo que es un hecho es que para mi es muy dificil hacer lo contrario.